Muñecas de Porcelana
“Como muñecas mecánicas se puede ver el mundo con ojos de porcelana y dormir año tras año, en una caja de terciopelo entre paletas y tul.”
El verano del 2017 lo pasé en Madrid, donde realicé la Especialización en Fotografía de Moda, en la prestigiosa escuela TOO MANY FLASH. Fueron dos meses muy intensos de trabajos y sesiones, y al finalizar el curso tuvimos que realizar nuestra propia editorial de moda.
El Proyecto.
En el proyecto final estaba todo a nuestro cargo; estilismo, paleta de colores, escenografía, modelos, maquillaje y peluquería, etc. Fueron semanas de mucho trabajo, ya que la idea principal de la sesión fue retratar a un par de muñecas de porcelana en su entorno.
Paleta de color y estilismo.
Partimos de una paleta de colores en la que entraban el negro y el granate, generando un plano sobrio pero a su vez debía ser mezclado con el rosa palo y el verde oliva y el beige, ya que aportarían un punto romántico y delicado a la escena. Para el estilismo busqué prendas que me recordaran a una muñeca, así que me hice con vestimentas que incluyeran puntillas, brocados, y el raso y el tejido Damasco. Además, quería jugar con un vestuario que fuera propio de estar en la casa, pero combinando con otras prendas que fueran más elegantes.
Escenografía.
Qué decir de la escenografía… más que fue la pieza clave en el proyecto. Por cosas de la vida, que de vez en cuando te guiña un ojo, tuve acceso a una de las casas antiguas más bonitas de Caudete. Una casa de la Calle Mayor, en la que su dueña, se había preocupado en que los muebles, paredes y decoración estuviese prácticamente intacto desde hace 100 años, lo cual la hace más que especial.
Modelos.
Decidí realizar la sesión con adolescentes, ya que es esa edad la me recuerda a las caritas de las muñecas de porcelana. Son criaturas que están en la línea entre niñas y mujeres, sus pieles son perfectas y sus ojos brillan ante el fervor de la vida.
Creo que no podía haber elegido a mejores chiquillas que Rocío y Esther que estuvieran dispuestas a posar delante de la cámara. Ellas vinieron a Caudete desde Almansa, con ganas de pasárselo muy bien y de ser retratadas como las amigas de la infancia que son.
Maquillaje y peluquería.
Para que las modelos pudieran estar así de guapas, conté con la colaboración de Nathaly, haciendo magia con los pinceles y de Joaquina Llorens, con la peluquería. Siempre estaré agradecida con ellas por ese día, ya que estuvieron acompañándome durante la sesión y ayudando en todo momento.
La sesión de fotos y la edición.
Esa bonita mañana, un buen vaso de horchata y un par de fartons, entre risas con las chicas, me dieron todas las fuerzas para llevar a cabo la sesión. Ahora lo veo fácil, pero ese reportaje fue muy duro. Era la primera vez que yo solita tenía que dirigir tanto la escena como la iluminación, además de cerciorarme de que a las modelos no les faltase de nada.
Disfrutamos un montón durante las tres horas que duró el reportaje. Estaba todo tan atado mediante bocetos, esquemas y el moodboard que la sesión de fotos salió prácticamete sola.
Con mi gran amigo Photoshop pasé unas cuantas horas para que las imágenes fueran dignas de publicar en cualquiera de mejores revistas, cosa que está mal de decirlo, pero que creo que conseguí.
Ahora recuerdo este mi primer gran reportaje con muchísimo cariño, sabiendo además el precioso recuerdo que tienen Rocío y Esther como amigas, lo cual lo hace aún más especial.