Por la calles de Hanoi -Sesiones de Cuento-.

Durante los últimos 5 años hemos viajado muchísimo, y por supuesto, siempre llevo mi cámara y un par de lentes. Hago miles de fotos, tanto de paisajes como de sus gentes, pero esta vez quería ir un paso más allá. La idea era captar la esencia del día a día de Hanoi, capital de Vietnam, pero a los ojos de una niña.

Hay una cosa que me caracteriza y es que soy bastante cuadriculada en cuanto a las sesiones. Antes de quedar con los clientes en el sitio, yo ya lo he visitado un par de veces y tengo ya pensada cada foto en mi mente. Pero en este reportaje era imposible, ya que tan solo teníamos unas horas, cosa que me hizo estar nerviosa todo el día.

El sitio elegido para hacer el reportaje de fotos era muy especial. A todos nos da una cierta emoción las fotografías en las vías y las estaciones de tren, tienen un puntito de nostalgia y de vuelta a empezar. En el centro histórico de Hanoi hay una zona bastante peculiar a la que le llaman “train street” o “café en las vías”, ya que los trenes circulan todos los días, y a ambos lados de la vía del tren están las casas, cafeterías y vendedores ambulantes. Me parecía un sitio espectacular.

Pero dado a lo curioso del sitio y desde el nacimiento de Instagram, la calle ha vivido tal auge que el gobierno municipal de la ciudad decidió echar el cierre por motivos de seguridad. De eso solo habían pasado 2 semanas y yo no lo sabía, así que mi cara fue un poema cuando vimos la señal de prohibición para entrar a dicha calle. En ese momento, mi mente era tan caótica como el tráfico de la ciudad de Hanoi. Por suerte, nos dijeron un sitio que aún estaba abierto. Se trataba de tan sólo unos metros, pero los suficientes para tomas unas cuantas fotos. 

Llegó el momento de la verdad y Risako y su mamá llegaron, con dos cajas de bombones ¿se puede ser más bonicas?. Durante el reportaje, la nena lucía serena a la vez que espontánea y posó de maravilla, pese a que no tenía ni idea de inglés. Una vez más me reitero en que el idioma es lo de menos cuando hay conexión entre dos personas.

La sesión fue una prueba de obstáculos, desde el cambio del sitio, pasando por que el sol no salía, y que tan solo disponíamos de una hora y poco, porque atardecía muy temprano. Decidimos dar un paseo por las calles e ir construyendo la sesión a partir de las acciones comunes que se llevan a cabo, como por ejemplo el comercio en las calles o los paseos en rickshaw.

Llevaba el Poroto A1X en la mochila, por si faltaba ese puntito de luz que falta al atardecer, pero el sol se apiadó de mí y salió en el momento preciso y solo lo tuvimos que utilizar en un par de fotos.

Qué sensación tan indescriptible al terminar el reportaje… tenía las fotos que quería y estábamos en el centro de Hanoi, en una preciosa cafetería, riéndonos al jugar a un juego de memoria con una niña japonesa y su mamá, mientras nuestros paladares se deleitaban con un delicioso batido de coco y caña de azúcar recién hecho.  Nunca olvidaré ese día, gracias Vietnam por ser tan especial.